El Museo de la Memoria

El Gobierno encabezado por el presidente de la República, calificó que no era una prioridad importante la construcción del Museo de la Memoria en nuestro país, obra valorada en dos millones de euros, que iba a ser financiada gracias al ofrecimiento de la canciller de Alemania, Angela Merkel, y que serviría para recordar a las víctimas de la violencia política vivida en el Perú durante las épocas de 1980 y 1990.
Como era de esperarse las posiciones frente a este tema están divididas, por un lado escuchar al representante del gobierno, Alan García; al representante de la Iglesia, Juan Luis Cipriano, sobre que la construcción de un Museo de la Memoria, no contribuiría en nada a los peruanos a entender su vida pasada, que para eso hay verdaderas prioridades que sí se merecen la mejor atención. Y otros personajes como el reconocido Mario Vargas Llosa y el pintor Fernando de Szsyslo, entre otros personajes de la escena política y cultural peruana, consideran que un museo como el que se pretendía construir podría curan las mentes de la ignorancia y las taras que incomunican a los seres humanos.
Sea cual sea la posición del gobierno, lo que se debe tomar en cuenta, es que no se puede ignorar tantos años de violencia, no podemos velar los recuerdos de nuestra memoria. Conocer la realidad de nuestro país nos hace mucho más desarrollados y en vías de progreso, más que firmar un tratado con cualquier país.

Los medios de comunicación juegan un rol importante, ya que tiene como finalidad ser mediadores entre el pueblo y el estado. El rechazar esta importante donación, no hace más que mostrar el poder que tienen unos cuantos con respecto a las decisiones de nuestro país, decisiones en las que como ciudadanos no estamos incluidos. Sería bueno que de vez en cuando, nos pregunten que es lo que en verdad necesitamos como ciudadanos.